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Diálogo social, jornada reducida y COVID-19 en Suecia 05
El impacto de COVID-19

Diálogo social, jornada reducida y COVID-19 en Suecia

Introduction

En respuesta a la crisis financiera de 2008, los interlocutores sociales suecos desarrollaron un mecanismo destinado a hacer frente a las crisis de empleo a corto plazo. Posteriormente, el Gobierno sueco amplió el enfoque denominado "trabajo de corta duración" para convertirlo en una política de ámbito nacional, que resultó beneficiosa a la hora de hacer frente a los retos que posteriormente planteó la pandemia.

¿Qué es la jornada reducida?

La jornada reducida se refiere a la reducción de las horas de trabajo de un empleado. Durante los periodos de jornada reducida, el salario de un empleado suele reducirse para reflejar la reducción de las horas de trabajo. Sin embargo, las reducciones salariales se producen a un ritmo mucho menor que las horas de trabajo. Por ejemplo, la legislación actual en Suecia permite una reducción del 7,5% del salario de un empleado para una reducción correspondiente del 60% del tiempo de trabajo del empleado.

Fuente: Agencia Sueca para el Crecimiento Económico y Regional (2022).

Primeras experiencias de trabajo a jornada reducida: La crisis financiera de 2008

Tras la crisis financiera de 2008, el Sindicato de Trabajadores de la Industria y el Metal (IF Metall), sindicato sueco y socio del Pacto Mundial, descubrió que muchos de sus miembros -unos 60.000 obreros- habían sufrido el desempleo como consecuencia de la inestabilidad económica.

Para resolver el problema, IF Metall trató de negociar un convenio colectivo directamente con su contraparte patronal.

Las dos partes llegaron a un acuerdo en 2012; fue el primer acuerdo sobre el trabajo a tiempo reducido en Suecia y sentó las bases para la legislación sobre el trabajo a tiempo reducido en la década siguiente.

La introducción de la jornada reducida

Cuando se propusieron por primera vez los acuerdos de jornada reducida, los miembros del sindicato se mostraron recelosos de la política, pero las pruebas recogidas tras su aplicación demostraron que los acuerdos salvaron entre 15 000 y 20 000 puestos de trabajo, a pesar de la tardía aplicación de la política.

Además, aunque en virtud del convenio de 2012 los empresarios pagaron más salarios que el tiempo de trabajo que recibieron, hacerlo permitió a las empresas retener su mano de obra -muchos de los cuales habían sido formados para los puestos de trabajo que ocupaban-. Este enfoque garantizó que se minimizaran los retrocesos en la producción y los costes adicionales de mano de obra una vez que se reanudara la demanda.

En última instancia, el acuerdo negociado entre IF Metall y la patronal resultó importante no sólo para los trabajadores y los empresarios implicados, sino para la industria y la economía en general.

La expansión de los acuerdos de trabajo a corto plazo

El éxito del acuerdo de negociación colectiva de 2012 creó una base de apoyo para los acuerdos de trabajo a tiempo reducido, tanto por parte de los sindicatos como de los empresarios. En 2014, los acuerdos de trabajo a tiempo reducido se introdujeron en todo el mercado laboral sueco mediante la Ley (2013:948) sobre el trabajo a tiempo reducido, y el diálogo social se consideró una condición previa para su aplicación.

Ahora supervisada por la Agencia Sueca para el Crecimiento Económico y Regional , la ley se basa en el acuerdo sobre el trabajo a tiempo reducido negociado por los interlocutores sociales en 2012. Es importante destacar que incluye una estipulación según la cual el Gobierno sueco se comprometería a subvencionar los salarios de los trabajadores con jornada reducida, lo que contribuyó a obtener un mayor apoyo entre los empresarios.

IF Metall participó en la negociación de 3.000 acuerdos locales de trabajo de corta duración que afectaron a 90.000 trabajadores
Trabajo de corta duración durante la pandemia de COVID-19

Cuando llegó la pandemia de COVID-19, el gobierno sueco emitió disposiciones y fondos de emergencia, y se activaron masivamente los acuerdos de trabajo a corto plazo. Sólo en los seis primeros meses, IF Metall participó en la negociación de 3.000 acuerdos locales de trabajo de corta duración que afectaron a 90.000 trabajadores, es decir, el 40% de todos los afiliados al sindicato.

Estos acuerdos han demostrado ser muy útiles en la industria. Tommy Thunberg Bertolone, miembro del equipo de expertos que asesora al Gobierno sobre la expansión nacional de los acuerdos de jornada reducida, cita la experiencia de los trabajadores siderúrgicos a tiempo completo. Los acuerdos de jornada reducida se introdujeron en marzo de 2020. "En agosto y septiembre de 2020, volvieron a trabajar a tiempo completo. [...] Se trataba de personas que podrían haber estado en el paro, pero el desempleo básicamente no aumentó. Si se compara esto con las tasas de desempleo de 2008, es una gran diferencia". En definitiva, aunque los trabajadores industriales perdieron algo de dinero, siguieron estando contentos porque mantuvieron sus puestos de trabajo.

Sin embargo, las experiencias de los trabajadores de otros sectores (como el de la hostelería y el de los servicios, en los que se utilizaron menos los acuerdos de trabajo de corta duración) han sido más variadas.

El grupo de expertos del gobierno sueco sobre el trabajo a jornada reducida está estudiando ahora la posibilidad de establecer normas y protocolos sobre cómo se utilizarán estos acuerdos en tiempos post-pandémicos.

Lecciones clave

El diálogo social puede utilizarse para gestionar las crisis y las perturbaciones del mercado laboral. En Suecia, los interlocutores sociales lograron movilizar los acuerdos de trabajo a corto plazo para hacer frente al desafío y evitar los despidos masivos cuando se produjo el COVID-19.

Los altos niveles de confianza entre los interlocutores sociales y el diálogo social pueden dar respuestas rápidas en tiempos de agitación. Debido a los altos niveles de afiliación sindical y de cobertura de la negociación colectiva en Suecia, el diálogo social se considera un mecanismo clave para regular el trabajo y la confianza de las partes interesadas en las instituciones de relaciones laborales.

El diálogo social puede inspirar cambios legislativos. Los alentadores resultados del acuerdo negociado por los interlocutores sociales tras la crisis financiera de 2008 llevaron al Gobierno sueco a introducir los acuerdos de jornada reducida en todo el mercado laboral mediante un acto legislativo en 2013. 

El diálogo social puede permitir una aplicación más flexible. Al exigir un convenio colectivo como condición para acceder al régimen de jornada reducida, éste puede ajustarse a las necesidades singulares de los interlocutores sociales a nivel local.

Lea el informe completo

Descargue el Informe emblemático del Pacto Mundial 2022 para obtener la versión completa de este estudio de caso, además de otros 12 que examinan el trabajo realizado por los socios del Pacto Mundial y los compromisos voluntarios asumidos para promover el diálogo social a la hora de abordar los retos del mercado laboral mundial.

Descarga el informe completo 3.2mb (Solo inglés) PDF